martes, 21 de octubre de 2008


Con un cabezazo de Viatri, Boca Juniors se llevó el Superclásico en el Monumental. El equipo de Ischia ganó pese a jugar un tiempo con un jugador menos, por la roja a Ibarra. River está en el fondo

Boca Juniors creció cuando quedó disminuido numéricamente, sacó ventaja de 1 a 0, lo defendió hasta el final sin demasiados sobresaltos, y se quedó con la victoria en el Superclásico en el Monumental, ante un River Plate sin ninguna idea coherente. Cuando más parecía complicarse el panorama con la expulsión de Hugo Ibarra, a los 6 del segundo tiempo, Boca pareció tranquilizarse, comenzó a moverse con la soltura que antes le había faltado, giró alrededor de un Juan Román Riquelme de gran segundo tiempo, y con un cabezazo de Lucas Viatri pasó a ganar, y aprovechó todas las carencias de su rival, para quedarse con una muy festejada victoria. El primer tiempo transcurrió sin que ninguno de los dos alcanzara a hacerse dueño de las acciones, aunque Boca trató de ser más cuidadoso con la pelota y River fue más rápido en la salida, cuando tuvo oportunidad de pasar al ataque. Por el lado de Boca se destacó la capacidad de Battaglia para cortar juego, aunque se ganó la única amonestación de la etapa, y Riquelme trató bien el balón en algunas entregas, pero no encontró profundidad, mientras que Viatri quedó muy aislado, y fue fácilmente absorbido por Tuzzio y Cabral. En River se insinuó alguna posibilidad de desequilibrio cuando Buonanotte, que se tiraba muy atrás y preferentemente a la derecha, lograba conectarse con Falco García, pero los volantes, Ahumada y Abelairas, carecieron de firmeza en la mitad de la cancha, por lo que el equipo nunca pudo establecerse en campo rival. Lo que faltó fueron las acciones de riesgo frente a los arcos, ya que Boca solamente produjo una acción digna de ser mencionada, a los 10 minutos, cuando Ibarra apareció por derecha y desde fuera del área remató desviado. River fue más decidido para buscar el arco y así fue que Abelairas remató desde más de 30 metros a los 9, y Javier García controló en dos tiempos; a los 18 fue Falcao García el que probó desde afuera, al arquero de Boca se le escapó la pelota y esta dio en el palo izquierdo, y finalmente, a los 24, fue Villagra el que tiró también desde lejos, García produjo un rechazo frontal y tuvo que esforzarse para volver a controlar. En los 20 minutos finales, los dos arqueros no tuvieron que trabajar en ningún momentos, porque ninguno de los equipos volvió a acercarse con algo de peligro sobre los arcos. La primera noticia importante del segundo tiempo fue la expulsión de Ibarra. Cual si fuera un novato sin ninguna experiencia se fue de boca ante el primer asistente Ricardo Casas y dejó a su equipo comprometido. River tenía todo para ganar pero no encontró el camino, no supo por donde hacer pesar su supremacía numérica, y permitió que Boca se repusiera de su peor momento. Sobre el cuarto de hora Riquelme ejecutó un tiro libre de frente al arco, puso la pelota en el área, Viatri peinó anticipando y su cabezazo bombeado cayó en el ángulo superior izquierdo, muy lejos del alcance de Ojeda. Si hasta entonces River había carecido de conducción, a partir de la desventaja, su andar por el campo fue caótico, cayendo invariablemente en el embudo que le propia Boca, en el cual Battaglia siguió rindiendo muy parejo. Además se hicieron fuerte Cáceres y Paletta, y hasta Javier García, hasta entonces intranquilo, ganó seguridad para cortar los centros. En toda esa última media hora, River tuvo una sola oportunidad clara y fue a los 18 minutos, cuando Abelairas colocó un tiro libre en el área, salió mal García, tocó Ríos y la pelota salió apenas desviada sobre el palo derecho. Riquelme fue el gran protagonista de ese último tramo, reteniendo la pelota, desesperando a todo River, que no podía quitársela salvo con infracciones, colocando atinadas entregas, que hasta pudieron haber derivado en un segundo gol. El propio Riquelme estuvo cerca del segundo a los 25, pero su remate se fue cruzado sobre el palo derecho, y cinco minutos después Viatri volvió a esta cerca del gol, cuando picó la pelota sobre Ojeda, pero salvo Cabral en la línea, y a los 40 un corner cerrado de Riquelme hizo dar la pelota en el palo. Era claro que estuvo más cerca el segundo gol de Boca que el empate de River y por eso el resultado no merece reparos, porque en definitiva ganó el equipo que al menos en la parte final dio muestra de saber lo que hacía, mientras que el perdedor nunca supo como tenía que llegar hasta el arco rival.

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